contra el espejo del lago
tu sonrisa mascullaba luces
haciendo eco al silencio
tus caderas quebraban cipreses
que aunaban rumor de muertos
el viejo embarcadero
del Lago di Como:
invitando a derrotar relojes
contra los que golpeaba
la piedra de tu mirada
silenciosa, lenta, callada y
con una obturación de beso
revelando mis pupilas
pero una novela de adiós
escribiéndote los párpados
hoy ya puedes regresar a Como
sin perder tus pasos en los míos
hoy ya puedes mostrar tu rostro
sin la máscara de mi hastío
hoy ya puedes regresar a Como
porque hoy yo ya no existo
Gracias, querido amigo. Un fuerte abrazo.
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